Oriente Medio es famoso por sus desiertos de grandes dunas de arena, sus camellos y sus playas paradisíacas entre mil mares. Pero no solo de arena y mar vive el hombre, pues en Irán se encuentra el volcán más alto de Oriente Medio: el Damavand. En medio de la cordillera de los montes Elbuz, que atraviesa el norte del país, esta maravilla de la naturaleza conquista a iraníes y extranjeros amantes de los deportes de invierno que prefieren salirse de las conocidas rutas blancas buscando rincones más tranquilos. Te invitamos a seguir leyendo para conocer un poco más sobre este gigante persa que no deja a nadie indiferente.
Damavand, un volcán peculiar
Damavand, a apenas 80 kilómetros al norte de Teherán, es el monte más alto de la cordillera Elbuz que traviesa el norte de Irán y se extiende desde Armenia hasta los límites de Turkmenistán y Afganistán. Aunque no hay acuerdo sobre su altitud exacta, este peculiar volcán mediría 5.610 metros de altura según el centro estadístido de Irán y la SRTM, pero en 2007 se recogió una altura de 5.623 metros, que más tarde se pondría en tela de juicio porque esa misma medición aseguraba que el mar Caspio estaba a – 17 metros, a pesar que este se sitúa a – 28 metros. La cifra más antigua estima que el volcán mide 5.671 metros de altitud y, a pesar de no estar fundada, es la medida que se usa con más frecuencia en Internet.
Este monte tan peculiar está muy presente en la mitología persa, en parte gracias a su impresionante aspecto y a que se encuentra en el centro de la zona en la que, desde siempre, ha vivido el pueblo iraní. La mitología persa cuenta que Arash el arquero se subió a Damavand para lanzar la flecha que delimitaría la frontera de Irán con el pueblo turaní, y allí fue donde el Rey Fereydun junto con Kaveh el herrero vencieron al dragón Azhi Dahaka Zahhak.
La mejor época para viajar es en verano
Si planeas ascender la montaña más alta de Irán, la mejor época para hacerlo es durante la temporada estival, pues en el resto del año, hay demasiada nieve como para permitir subir a la cumbre sin dificultades. Así que lo primero es preparar la maleta para viajar en verano, incluso si planeas visitar solamente Damavand, es conveniente que lleves, además de tu ropa de montaña, algo de ropa ligera que te tape para los momentos de conexión y de descanso en la capital iraní. Si eres una mujer recuerda llevar siempre los brazos tapados, ropa ancha por debajo de las caderas y un pañuelo en la cabeza, es obligatorio tanto para las autóctonas como para las extranjeras, de lo contrario, la policía de la moral no tardará en recriminarte. Además, para entrar a algunos templos es obligatorio el porte del Chador, pero en estos casos se suelen prestar o alquilar a la entrada.
Si eres hombre, no es tan complicado, aunque no se recomienda llevar camiseta sin mangas ni pantalones por encima de las rodillas, pero es menos frecuente ser interpelado por la policía de la moral.
Damavand: un reto para los montañeros
Para subir a la cumbre, se conocen al menos 16 rutas con diferentes niveles de dificultad, desde rutas muy peligrosas donde hay que escalar en las rocas, hasta otras más adaptadas a los aventureros amateurs. La ruta más conocida y la más sencilla es la del sur que cuenta con un campamento a 4220 metros de altitud donde se facilita la aclimatación. El camino más largo es el que se hace desde el noroeste y hay que prever dos días enteros para llegar hasta la cumbre, empezando en el pueblo de Nāndal y pasando una noche en Takht-e Fereydoun (a 4.300 metros). Otra ruta muy conocida es la del oeste, que es famosa por sus espectaculares vistas de la puesta de sol.
El gigante persa representa un auténtico reto para los viajeros, pues sus grandes desniveles hacen que se asciendan casi 2.000 metros al día, lo que provoca el llamado mal agudo de montaña. Si nunca has hecho senderismo de altitud, te recomendamos que empieces con otro tipo de montes primero para ver como se va aclimatando tu cuerpo, ya que, en el Damavand, las subidas suelen provocar mareos, dolores de cabeza, problemas para conciliar el sueño y demás malestares propios de la altitud.
Por lo demás, si vas a hacer alguna de las rutas más sencillas, bastará con llevar equipo de montaña general e ir bebiendo mucho para permitir una mejor aclimatación y poder disfrutar al máximo de subir al Damavand, una experiencia que no olvidarás.