Viajar a cualquier país africano requiere de mucha más preparación previa que cualquier otra escapada europea, no solo hay que tener en cuenta los visados y las vacunas, sino que también hay que tener algo de información sobre sus usos y costumbres, curiosidades y demás información que nos puede ayudar en la organización de nuestro viaje y nos ahorrará alguna que otra desagradable sorpresa. A la hora de preparar un viaje tan excepcional como un safari a Botswana, conviene conocer un poco su historia y su situación actual, esto nos ayuda a entender mejor la cultura en la que viviremos durante unos días y será más fácil disfrutar de la experiencia. Por eso hemos elaborado esta pequeña guía del país que conviene leer.
Un poco de geografía no le hace daño a nadie…
Situado en el cono sur de África, este país tiene una superficie similar a Francia, pero una población mucho menor, allí viven poco más de 2 millones de habitantes, esto se debe a que la mayoría del país está dominada por el desierto del Kalahari, al sur. El norte en cambio es más húmedo y frío y es la zona más turística, por los safaris que se organizan. Botswana es un país sin salida al mar que tiene frontera con Zambia, Zimbabue, Namibia y Sudáfrica cuya capital es Gaborone, aunque es probable que nunca pongas un pie allí, pues las puertas de entrada a los parques naturales son las ciudades de Maun y Kasane.
Este rincón africano cuenta con innumerables maravillas naturales donde solo habita vida salvaje. Entre ellos es obligatorio nombrar el Delta del Okavango, que cuenta con una superficie que varía entre los 6.000 y los 12.000 km2 ofreciendo un hábitat único en el mundo para multitud de animales que viven en sus islas y aguas. Pero este no es el único parque natural, en el norte, son famosos la Reserva de Moremi y el Parque Nacional Chobe y en el sur, se encuentra la mayor reserva natural del país, la del Kalahari.
Una historia de guerra entre tribus y colonizadores
En el continente africano, no es raro encontrar países marcados por un pasado lleno de disputas y guerras entre tribus y bajo la opresión de varios colonizadores europeos y Botswana no es una excepción. Los primeros habitantes de la actual Botswana fueron antepasados de los san (principalmente cazadores y recolectores), y de los khoikhoi, provenientes del norte y más tarde de los tswana (hoy etnia mayoritaria), que llegaron alrededor de los siglos XI y XII a las llanuras del río Vaal. Los tswana se dividieron en ocho grandes clanes que nunca llegaron a entenderse ni a configurar un estado propio. Con este contexto, no fue difícil conquistar estas tierras a los colonizadores venidos de Europa: holandeses, ingleses, francés y portugueses reinaron en el territorio de los tswana marcando la historia del país de expolio y dominación.
En 1966, cuando Botswana consiguió su independencia del protectorado británico la mitad de la población rural no tenía ganado y figuraba entre los países más pobres del mundo, el poder económico estaba en manos de los afrikaaners, dueños de la mayor parte de las tierras y de las exportaciones de carne. El surgimiento de Botswana como país empezó con una historia real de amor: una pareja interracial que conmocionó al mundo y causó una crisis diplomática. En 2017 se estrenaba en España la película basada en esta historia bajo el título “Un reino unido”.
De la pobreza a los diamantes
A finales de la década de 1970, Botswana se convirtió en el tercer país del mundo en producción de diamantes, después de Australia y la actual República Democrática del Congo. Esto provocó un impulso vertiginoso en la economía nacional que creció a un ritmo frenético de un 12 % al año. Con esta jugosa situación, enseguida llegaron las disputas con los países vecinos en la década de los 80 y la corrupción de sus políticos, pero a principios de los 90 la población estaba mucho más empoderada y preparada y se organizaron varias huelgas muy duras que terminaron despidiendo a miles de trabajadores.
Actualmente, Botswana es un país con una sociedad muy movilizada y luchadora que está acostumbrada a grandes pérdidas, pero también es uno de los países más seguros y, según el informe que publicó el Banco mundial en 2017 “la gobernabilidad importa”, es el país con mayor estabilidad política y ausencia de violencia en África ¡y el 16º en el mundo! Así que, si durante tu viaje tienes la oportunidad de hablar con algún lugareño, no la desaproveches, esta sociedad ha pasado de la máxima pobreza a un nivel de vida mucho más estable y seguro que te pueden contar de primera mano como han vivido la transformación de este país.