Tipos de botas de montaña

Recorrer los senderos de montaña quizás sea una de las actividades más gratificantes que existen, pero para disfrutar plenamente de la experiencia, es importante contar con un buen calzado que nos proteja el pie y nos sea cómodo de usar en ese terreno. Así, dependiendo del tipo de terreno por el que quieras progresar, encontrarás diferentes tipos de botas de montaña. Desde los caminos de piedras y las rutas de montaña más fáciles, hasta las subidas por las rutas más extremas, el calzado deberá adaptarse a tu pie y al terreno.

Calzado blando para rutas fáciles

Si lo que quieres es caminar por rutas marcadas y fáciles o terrenos sin demasiadas dificultades, puedes elegir unas botas blandas o incluso unas zapatillas si es para primavera o verano. En este último caso, verás que son muy similares a las zapatillas de atletismo, solo que son una suela más gruesa que ofrece mejor agarre. La ventaja de este tipo de botas de montaña es que son muy ligeras por lo que evitarás llevar peso innecesario en los pies. Ten en cuenta que si el tipo de terreno tiene zonas de piedras o puede resultar algo resbaladizo será importante sujetar bien el tobillo, por lo que prefiere siempre una bota con caña que agarre el tobillo y te ofrezca mejor estabilidad.
Otro factor a tener en cuenta es el tipo de tela, en este caso, también deberá protegernos de los charcos, tan frecuentes en zonas de sombra y en caminos de montaña. Para estar perfectamente equipado, puedes optar por una bota con caña, suela blanda y tela de gore-tex, que deja transpirar el pie y es impermeable. Son las botas ideales para quienes disfruten de los paseos relajados en montaña.

Calzado semirrígido para tramos más técnicos

Si tu objetivo es recorrer zonas más pedregosas y trekkings más técnicos, lo primordial es que nuestros tobillos estén perfectamente protegidos para evitar torceduras y posibles complicaciones. En los tramos de media montaña será muy fácil encontrarse con cantos rodados que nos desequilibres y piedras afiladas que nos pueden hacer daño, por eso, deberemos optar por botas semirrígidas y que recojan bien el tobillo. Fíjate que las protecciones de la puntera y del tobillo sean de caucho y que tengan doble costura para evitar que se separen por el uso. Este calzado permite un grado de torsión que evita que toda la fuerza la realice el pie, pero no se arquea totalmente para aportar mayor seguridad al tobillo.

Al estar más reforzadas, estas botas son más pesadas que el tipo anterior, por lo que conviene estar en cierta forma física para caminar con ellas durante horas. Un consejo, que seguramente los montañeros expertos ya conozcan, es que cuando te compres un par de botas semirrígidas de montaña, póntelas primero durante varias horas para caminar por casa o por la ciudad. Al ser un calzado un poco duro, es fácil que te salgan ampollas, y cuanto más hechas estén al pie, menos daños te provocarán. Por lo tanto, no salgas nunca con unas botas recién compradas sin habértelas puesto antes, las ampollas pueden estropearte la experiencia montañera.

Botas rígidas para experiencias más extremas

Los amantes de la alta montaña y de los tramos más profesionales deberán elegir un calzado mucho más rígido, tanto al nivel de la suela, como de la bota. Este tipo de calzado apenas cede a la flexión y no resulta demasiado cómodo a la hora de mover el pie. Los movimientos serán casi robóticos, parecidos a los que realizamos cuando caminamos con unas botas de esquí. Pero, aunque pueda resultar un tanto incómodo, la principal ventaja que ofrece es que el pie va totalmente seguro y protegido.

Se suelen utilizar para zonas con nieve y/o hielo y estas botas están adaptadas para el uso de crampones. Y la capacidad de retención térmica es también fundamental, ya que están preparadas para temperaturas muy bajas donde hay que mantener la correcta circulación de las extremidades. Además, pesan mucho más que los modelos de los tipos anteriores, con lo que una buena condición física y la costumbre de llevar este tipo de calzado será una ventaja.

No tienes por qué elegir solo un tipo

Las botas de montaña son como cualquier zapato, por lo que te recomendamos que cuentes con un tipo de cada para poder adaptarte mejor a la ruta y a la época del año. Si tienes pensado hacer una ruta combinando tramos difíciles con alta montaña, por ejemplo, te recomendamos que lleves dos pares, uno semírrígido para empezar y unas botas de montaña con o sin crampones para las zonas con nieve. Para los aficionados, bastará con contar con unas zapatillas blandas y unas botas semirrígidas para poder salir todo el año y caminar cómodamente y con total protección.